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* Recuperar el protocolo de paso de términos por el filtro de la Comisión de Terminología Científica de la Academia.
 
* Recuperar el protocolo de paso de términos por el filtro de la Comisión de Terminología Científica de la Academia.
  
Para evitar interferencias con vocabularios de otras Academias la RACEFyN limita la acción de su VCT4 a los cinco grandes campos de su ámbito y a sus aplicaciones. Concretamente, abarca 10 áreas temáticas: Astronomía, Biología Fundamental, Biología de Organismos y Sistemas, Estadística, Física, Geología, Matemáticas, Medio Ambiente, Paleontología y Química.
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Para evitar interferencias con otras Academias la RACEFyN limita la acción de su VCT4 a los cinco grandes campos de su ámbito y a sus aplicaciones. Concretamente, abarca 17 áreas temáticas: Astronomía, Biología, Biología Celular, Bioquímica, Botánica, Ecología, Estadística, Física, Genética, Geología, Matemáticas, Medio Ambiente, Microbiología, Paleontología, Química, Virología, Zoología.
De momento solo se han codificado en su totalidad la Geología y la Química, así como una parte de la Biología Fundamental. Se espera que en fechas próximas se vayan incluyendo las otras áreas temáticas que actualmente están en un proceso de codificación muy avanzado.
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De momento solo se ha codificado en su totalidad la Geología. Las otras áreas están en marcha. Se espera que en fechas próximas se vayan incluyendo otras áreas temáticas que actualmente están en un proceso de codificación muy avanzado.
  
 
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Revisión del 16:56 19 nov 2024

VCTRAC digital

Origenes

La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (RACEFyN) es creada en marzo de 1847 por Real Decreto, con firma de la Reina Isabel II, publicado en el Boletín Oficial del Estado. Bajo el mandato de su primer Presidente, Antonio Remón Zarco del Valle y Huet, y en sesión de 30 de junio de 1848, la RACEFyN aprueba la preparación de “un Diccionario de los términos técnicos usados en todos los ramos de las Ciencias que forman el objeto de las tareas de la Corporación”. Sin embargo, problemas para lograr una sede y dotaciones adecuadas impiden durante décadas poner en marcha este proyecto.[1]

En 1910, el Académico Leonardo Torres Quevedo visita oficialmente Buenos Aires como delegado oficial de España al Congreso Científico Internacional Americano, y allí propone que, junto a las Academias de Ciencias hispanoamericanas existentes y venideras, se constituya “un conjunto de Corporaciones que representen oficialmente la Ciencia de la América del Centro y del Sur que, unido a la nuestra, abarque la totalidad del saber profesado en lengua castellana”.

Estas propuestas llevan más tarde, en 1921, tras ser elegido Torres Quevedo Académico de la Real Academia Española (RAE) en 1920, y bajo el madrinazgo de ésta y el apoyo de su presidente Antonio Maura, a la creación de la “Unión Internacional Hispanoamericana de Bibliografía y Tecnología Científicas”, presidida por Torres Quevedo, y de la “Junta Nacional de Bibliografía y Tecnología Científicas”. Esta Junta tiene la misión de “reunir, catalogar y fomentar las publicaciones científicas en lengua castellana, y cuidar, mantener y perfeccionar el tecnicismo de las ciencias”; la primera tarea que se impone esta Junta es la publicación de un Diccionario. Además de su presidente Torres Quevedo, cuenta con científicos tan ilustres como los Académicos de Ciencias Santiago Ramón y Cajal, José María Plans y Freyre, Luis Octavio de Toledo y Zulueta, José Gabriel Álvarez Ude, Blas Cabrera y Felipe, Joaquín María Castellarnau y Lleopart, Pedro Carrasco Garrorena, José Rodríguez Mourelo, Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan,…; también pertenecen a esa Junta eminentes Académicos de la Española, así como de la Real Academia de Medicina, hoy Real Academia Nacional de Medicina (RANM), amén de distinguidos miembros de otras corporaciones (Ingeniería, Arquitectura, Guerra, y Marina).

DTHA-I

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Sin la financiación necesaria, se produce en 1930 el tomo I del Diccionario Tecnológico Hispano-Americano (DTHA-I), de unas 500 páginas, y unos 7 100 términos, que abarca desde la letra “a” hasta el término “anfidinio”.[2] Dice, en su “Advertencia” inicial, que “todos los hombres de ciencia españoles e hispanoamericanos han reconocido, unánimemente, la necesidad de esclarecer y unificar la nomenclatura científica, unificándola al mismo tiempo y purgándola, en cuanto sea posible, de voces inadecuadas o impropias”. La gran familiaridad con las lenguas clásicas que sugiere la lectura de la presentación de este (DHTA-I) es clara muestra de la valiosa colaboración de la RAE.

VCT1

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En 1983 aparece la primera edición del VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO.[3] En el acto de presentación del VCT1 en 1984, bajo la presidencia de SS. MM. los Reyes de España, Ángel Martín Municio lo define como “una integración cuidadosa de la Ciencia, la Técnica y el Lenguaje, que ha requerido –naturalmente– una técnica lexicológica y rigurosos datos y conceptos científicos.” El VCT1 tiene 503 páginas, unos 13 000 vocablos, no nacidos “del arbitrio de unos pocos, sino por convenio y cooperación de muchos”. El método de trabajo fue “por grupos sucesivamente ordenados y divididos: grupo de académicos, comisión de terminología, grupos especializados, grupos de consulta por áreas, difusión general en la revista de la Academia, y grupo lexicológico”. En palabras de Lora Tamayo en ese mismo solemne acto académico, el VCT1 “es una sinfonía incompleta, abierta a futuros intercalados y a nuevas áreas.”

VCT2

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Siete años después, la RACEFyN, bajo la presidencia de Martín Municio, publica en 1990 con Espasa-Calpe la segunda edición del VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO,[4] con 751 páginas, que revisa y completa hasta unos 24 000 términos (unas 25 000 acepciones) el inventario del VCT1, y amplía el número de áreas consideradas. Sigue presentando diferencias de tratamiento entre las distintas áreas, a corregir en futuras ediciones. Se adoptan nuevas normas lexicográficas, los símbolos de las unidades se incorporan como entradas, y se añaden un apéndice con tablas relativo al Sistema Internacional y un índice general.

VCT3

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En 1996, la RACEFyN, bajo la misma presidencia, procede a publicar, esta vez con Espasa, la tercera edición del VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO.[5] Con 33 467 términos (unas 35 000 acepciones) en 1627 páginas, se transforma, como dice en su prólogo Martín Municio, desde “un simple inventario de voces científicas y técnicas” que suponía la segunda edición, en “una base informática de datos… capaz de traducirse en la presentación impresa… o en un futura forma electrónica”, con el consiguiente avance para “la comunicación terminológica con las naciones y comunidades de habla española”. Entre las novedades que aporta, además de mejoras considerables en cantidad y calidad, Martín Municio destaca la abundante presencia de sinónimos y referencias cruzadas, la incorporación de las equivalencias español-inglés e inglés-español de todos los términos incluidos en el VCT, presentadas en listados independientes al final del mismo, inclusión de nuevas áreas (Biomedicina, Nuevos Materiales, Ingenierías), y mejor sistematización en otras (Botánica). En cuanto a las voces inglesas, su presencia está justificada por la demanda de muchos científicos, pero Martín Municio se apresura a afirmar que “ello no debiera impedir que en una lengua universal como la española estén presentes las lexías complejas, las sinonimias y los neologismos propios del lenguaje de la ciencia”.

DEC1, DEC2

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Para cubrir una necesidad social, la de acercar la ciencia al ciudadano, la RACEFyN publica en 1999 el DICCIONARIO ESENCIAL DE LAS CIENCIAS, DEC1, con unos 22 500 artículos lexicográficos, rebajando el rigor científico del VCT e insertando contribuciones firmadas sobre historia de la ciencia y sus protagonistas, sobre sociología, filosofía de la ciencia y pensamiento científico.[6] Resulta también muy útil para el alumnado de enseñanzas medias, cuya formación científica deficiente es causa de preocupación en la RACEFyN. El DEC1 contiene gráficos, tablas, fórmulas, figuras, esquemas, para ayudar al lector comprender mejor el hecho científico. En 2002 se publica la segunda edición del DICCIONARIO ESENCIAL DE LAS CIENCIAS, el DEC2, con unos 21 000 artículos lexicográficos, más material auxiliar y la necesaria actualización por los rápidos avances científicos durante los tres años transcurridos desde la edición del DEC1.[7]

VCT4

Y llegamos al proyecto actual: la cuarta edición del VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO. El Académico de Ciencias Juan Antonio Vera Torres asiste en 2008, representando a la RACEFyN, a la III Acta Internacional de la Lengua Española, celebrada en La Rábida, Huelva, con una ponencia muy documentada,[8] en la que expone el nuevo diseño que la RACEFyN quiere dar al VCT4, “cambiando totalmente el formato y adaptándolo a las técnicas de información y comunicación actuales. Se pretende con ello facilitar la participación activa de científicos de otros países de habla hispana, a través de las instituciones que los representen, de manera que se pueda llevar a cabo una constante actualización, con una revisión periódica de una base de datos que esté permanentemente disponible en la red”. En aquella época se planeaba, primero, publicar el VCT4 en papel, en varios volúmenes, para su mejor manejabilidad, y luego volcarlos a la web institucional de la RACEFyN (http://www.rac.es) con acceso libre, de modo similar a como figura el DRAE de la Española.

Proyecto actual

La situación en estos últimos años ha cambiado; los contactos con las editoriales no fructificaron, y el formato digital la base de datos del VCT carecía de la calidad y versatilidad necesarias para su paso directo a la red y su habilitación para búsqueda libre. Las fórmulas matemáticas que abundan en las áreas de Astronomía, Física, Matemática y Química requieren un cuidado tipológico extremo para mantener su precisión.[9]

Afortunadamente, existen hoy día medios tecnológicos para resolver este problema. Por ejemplo, el software mediawiki (que subyace la wikipedia) es un software de código abierto que permite una consulta fácil y rápida de todos los términos del Vocabulario así como un abaratamiento de los costes respecto a otros softwares de carácter privado. El contenido del VCT elaborado podrá ser corregido, o modificado para su actualización continua, por los editores autorizados. El software adoptado permite también la utilización de múltiples codificaciones de texto para la presentación de términos, incluidos html, latex o texto plano junto a imágenes, animaciones y vídeos. Entre los cambios, mejoras e intenciones para esta versión digital, figuran:

  • Eliminación de términos obsoletos.
  • Actualización de las definiciones obsoletas.
  • Introducción de términos nuevos de uso común en la ciencia actual.
  • Equilibrio de las distintas áreas.
  • Proceder con sumo cuidado en la adaptación de extranjerismos (castellanizando cuando sea posible, y si hay varias opciones, eligiendo la más usada).
  • Revisar, ampliar y actualizar las pautas lexicográficas de tratamiento del contenido científico y diseño de la estructura normalizada de las definiciones.
  • Recuperar el protocolo de paso de términos por el filtro de la Comisión de Terminología Científica de la Academia.

Para evitar interferencias con otras Academias la RACEFyN limita la acción de su VCT4 a los cinco grandes campos de su ámbito y a sus aplicaciones. Concretamente, abarca 17 áreas temáticas: Astronomía, Biología, Biología Celular, Bioquímica, Botánica, Ecología, Estadística, Física, Genética, Geología, Matemáticas, Medio Ambiente, Microbiología, Paleontología, Química, Virología, Zoología. De momento solo se ha codificado en su totalidad la Geología. Las otras áreas están en marcha. Se espera que en fechas próximas se vayan incluyendo otras áreas temáticas que actualmente están en un proceso de codificación muy avanzado.

Agradecimientos

Son muchas las personas que han ayudado al desarrollo del VCT4, y son por ello merecedoras de la gratitud institucional de la RACEFyN. En la presentación de cada área temática se citarán debidamente los nombres de los respectivos coordinadores y colaboradores. Aparte, hay que añadir los nombres de los Académicos Numerarios de la RACEFyN que, a lo largo de estos años (desde 2002 hasta 2013), han sido miembros de la Comisión de Terminología Científica:

  1. Angel Martín Municio
  2. Carlos Sánchez del Río
  3. José Javier Etayo Miqueo
  4. Pedro García Barreno
  5. Francisco Javier Girón González-Torre
  6. Emiliano Aguirre Enríquez
  7. Alberto Galindo Tixaire
  8. Margarita Salas Falgueras
  9. Enrique Sánchez-Monge Parellada
  10. Juan Antonio Vera Torres
  11. Pedro Jiménez Guerra
  12. Manuel Elices Calafat
  13. Jesús Santamaría Antonio
  14. Luis Franco Vera
  15. Fernando Briones Fernández-Pola

Asimismo, la dirección lexicográfica ha sido eficazmente llevada a cabo por

1. Pilar de Vega Martínez, Doctora en Lingüística Hispánica

2. Paloma Cuesta Martínez, Doctora en Filología Española

con la valiosa participación de

3. Elena Iglesias del Pozo, Colaboradora del Área de Terminología Científica.

Finalmente, el agradecimiento de la RACEFyN al ingeniero informático y técnico especialista en nuevas tecnologías, David Fernández Sanz, por su asesoramiento y por la preparación de esta versión digital del Vocabulario Científico y Técnico.

Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Presidencia 2013


Referencias:

  1. M. Lora Tamayo, Prólogo, VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO, Primera Edición 1983.
  2. DICCIONARIO TECNOLÓGICO HISPANO-AMERICANO, I, A-ANFIDINIO, Editorial Arte y Ciencia, Madrid 1930.
  3. VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO, Primera Edición, Madrid 1983.
  4. VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO, Segunda Edición, Espasa-Calpe, Madrid 1990.
  5. VOCABULARIO CIENTÍFICO Y TÉCNICO, Tercera Edición, Espasa, Madrid 1996.
  6. DICCIONARIO ESENCIAL DE LAS CIENCIAS, Primera Edición, Espasa, Madrid 1999.
  7. DICCIONARIO ESENCIAL DE LAS CIENCIAS, Segunda Edición, Espasa, Madrid 2002.
  8. J.A. Vera Torres, La terminología científica en español: análisis de la situación y proyectos de actuación futura, enlace
  9. A. Galindo Tixaire, El léxico científico y el Vocabulario Científico y Técnico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Ponencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Santander, 30 de julio 2013, en la Mesa Redonda "El español y las instituciones académicas y científicas", dentro del Curso de Verano "El español, lengua internacional y del conocimiento", organizado por la UIMP y la Fundación Lilly.